En esta muestra curada por la artista Irana Douer habrá intervenciones en pasillos y espacios comunes del Recoleta realizadas por colectivos e ilustradoras feministas. También afiches cubriendo las paredes del centro cultural como si éstas fueran muros callejeros, e ilustraciones diversas que emulan la potencia de alzar la palabra, como si las chicas hubieran dejado su marca tras una marcha de denuncia.
Douer estudió Bellas Artes y es ilustradora. Su trabajo ha sido publicado en portadas de discos y revistas o diseños de estampas y patrones para marcas de indumentaria.
Participan: Agostina Valle, Antonella Andreoletti, Camila Berrondo, Charask / Douer,Chiara Girimonti, China Ocho, Clara Esborraz, Elda Broglio, Estampa Feminista, Eugenia Dibuja, Femimutancia, Flor Pochi, Hilen Godoy, Ivana Boullon, Jazmín Varela, La Delmas,Magda Castria, Malena Guerrero, Mariana Papagni, Maricel Rodríguez Clark, Milagros Pico, Ms Mala, Nat Brunsteins, Rouse y Vino tinto.
20 años atrás yo tenía 15 y como cualquier persona, estaba tratando de definir mis intereses. Vivía en una zona en la que ser diferente era sinónimo de ridiculez y yo juntaba todo los requisitos para ser el centro de atención: era una chica que llevaba el pelo corto, me vestía distinto a mis compañerxs de colegio, me teñía el pelo cuando todavía las peluquerías no ofrecían colores artificiales y escuchaba música que había que bajar por napster, y para sumarle algo más, era gorda. Yo era lo máximo y no pude verlo hasta muchos años más tarde. Siempre fui inquieta, corajuda, cuando quería hacer algo, aprendía a hacerlo.
Mujer fuerte, poderosa y ambiciosa era mujer masculina. Hiciste todo esto vos solita? A veces pienso en cuánto más hubiese podido lograr si el miedo y el prejuicio que me inculcaron socialmente no me hubiese limitado. Siempre me creí capaz, pero siempre me sentí bajo la lupa social. “El hijo varón que tu padre nunca tuvo”. No. La mujer fuerte e independiente que logré ser a pesar de todo. No sentir vergüenza de mis logros ni sentir que se me los reconocen el doble porque consideran que por ser mujer fue mucho más arduo alcanzar mis metas. No es un mundo de hombres, es un mundo de todxs. Y ya es hora de que dejemos de definirnos por nuestro género sino por nuestras capacidades. “Yo soy más fuerte que yo” dice Clarice Lispector. Vos sos más fuerte que vos. Y todxs juntxs somos una bomba. Hace poco me contaron sobre Lilith, quien al parecer, fue la primer mujer que existió, la primera mujer de Adán. Hecha de la misma materia que él, en igualdad de condiciones y a quien el repudió por ser demasiado independiente, pasional y combativa. Y dentro de la religión: un demonio. Cuando tuve que pensar en la muestra, en el título, lo primero que pensé fue en ella, la primera mujer libre y deseosa de ser y hacer lo que su naturaleza le exigía y como la condenaron a no contar su historia. Y me imaginé “Qué si Lilith hubiese vuelto y reclamado su lugar en el Paraíso?”- Las cosas probablemente hoy serían muy distintas. Hechas del mismo barro y no de las sobras de una costilla del hombre, las mujeres hubiesen vivido otra historia. Por eso acá estamos las que luchamos, las que reclamamos lo que nos pertenece, desafiamos los límites y vivimos nuestras vidas sin pedir permiso. Somos las hijas de Lilith y venimos a tomar el Paraíso en su nombre.
A lo largo de todo el año impulsamos convocatorias abiertas y públicas para invitar a referentes culturales, colectivos, organizaciones, instituciones y artistas a proponer y llevar adelante contenidos culturales y artísticos junto al centro.
Ver convocatorias