Por alguna extraña razón, esta película no figura -como debería- en el Gran Canon del cine. Quizás porque parece filmada mañana, porque se burla absolutamente de todo el arte popular ejerciendo el arte popular, porque es un ovni. Un ovni cómico, para peor, y sabemos la mala fama que tiene la comicidad entre los académicos. En fin, importa poco: hay muchas películas posteriores que robaron, copiaron o redescubrieron algo creado en Loquilandia, pero ninguna se le parece. Aunque gran parte de su humor se parece al Tex Avery más desatado, Avery se desataría recién a partir de 1943 (vea la fecha) aunque hay mucho de cartoon en el film. La historia es la de llevar a la pantalla un musical de Broadway muy exitoso (justamente el Hellzapoppin' del título original) que consistía en que cada noche pasaba -literalmente- cualquier cosa que se les ocurriera a los comediantes Ole Olsen y Chic Johnson.
Era un show de revista totalmente improvisado, ninguna función era ni remotamente parecida a la anterior. Los llamaron a Hollywood y decidieron parodiar las comedias de Hollywood. Bueno, no: decidieron romper todo. Vertiginoso, se burla de El Ciudadano, de Leni Riefenstahl y su Olimpia, inventa el videoclip, revienta los cliches del cuadro musical romántico (“¡Te está buscando tu mamá!”), ridiculiza el Código Hays y mucho, mucho más. Hay momentos en los que rompe la cuarta pared (muchos) y algunos en los que rompe la dieciseisava, cuarta al cuadrado. Loquilandia hace por el cine cómico lo que El Exorcista por el de terror: lo lleva al límite.
La entrada es libre y gratuita para residentes argentinos. Reservas en Entradas BA.
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