No sólo la obra maestra de Ozu (cuya filmografía abunda en ellas) sino de las mejores películas de la historia del cine. La anécdota es, en apariencia, simple: un matrimonio ya anciano viaja del campo a la ciudad a visitar a la familia de su hijo, pero éstos, más allá de la cordial formalidad, no les prestan atención. El tiempo va pasando de diferente manera para cada personaje, hay una muerte y la aceptación, pausada y lírica, del orden natural de la vida (otra de las obsesiones de Ozu). El padre, personaje central en la película, representa muchas cosas: la disolución natural del Japón antigo, la persistencia de algo universal que atraviesa formas y épocas, incluso, en los momentos finales (de una belleza extrema y pacífica), la epifanía de comprender, finalmente, el sentido de las cosas. Y sí, es un melodrama familiar directo, simple en su ejecución y complejo en su vibración. Pocas veces el cine se convirtió en poesía pura como en este caso.
La entrada es libre y gratuita para residentes argentinos. Reservas en Entradas BA. Sujeto a capacidad de sala.
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