Con varias reminiscencias de He nacido pero..., una de sus mejores películas del período mudo, Buen día adopta el punto de vista de un par de niños para ver el mundo que los rodea, las contradicciones de los adultos y el cambio radical de época al que se enfrenta su país. Muy cercano al tratamiento de la infancia de François Truffaut, el film narra varias subtramas alrededor de dos hermanos que deciden llevar adelante una huelga (no hablar con los adultos) hasta que logren que les compren un televisor. Hay aquí de modo muy evidente algo que de todos modos siempre ha formado parte del estilo de Ozu: la ironía y la forma en la que sirve para representar las contradicciones del mundo. Aún con ciertas amarguras, resulta una película luminosa y extrañamente esperanzada.
La entrada es libre y gratuita para residentes argentinos. Reservas en Entradas BA. Sujeto a capacidad de sala.
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