El Recoleta vuelve a ser sede de Bendita Tú, festival de cortometrajes que promueve el cine documental, experimental, híbrido y ensayo desde una perspectiva de género y queer. La VIII edición propone un diálogo en torno a las interconexiones situadas en relación a la tierra, concebida como un suelo cargado de olores, texturas y memorias donde lo orgánico y lo inorgánico se funden. Es una invitación a escuchar, sentir y habitar la tierra reconociendo que nuestra existencia forma parte de un flujo continuo de relaciones, memorias y territorios compartidos.
En este marco el miércoles 8 de octubre a las 18 h se proyectará el Programa Raíces y habrá una charla con Juliana Schwindt, directora del corto El lugar que una vez ocupamos en el espacio (Argentina, 2025). Este programa celebra la memoria profunda y la permanencia del tiempo. Abarca filmes que reconstruyen ausencias, herencias y paisajes que preservan voces y experiencias a través de generaciones. Entre ríos, dunas, montañas y lenguas minoritarias, estas películas evocan cómo la historia, la identidad y los afectos se depositan en el mundo dejando huellas que persisten y nos conectan con otros tiempos y otras vidas.
Programa Raíces
De grande de María Fernanda Sessa Mestre (Chile, 19 min, 2025).
Quince años después de la partida inexplicada de su hermano, María Fernanda lo invita a recordar juntos. Con humor y amor, ambos reconstruyen los momentos que lo llevaron a huir, jugando con el tiempo y la cámara. Ese gesto convierte la herida en diálogo, y la película en un ritual de despedida tan necesario como reparador.
Tierra roja, tierra negra de Agnes Perrais (Francia, 7 min, 2024).
En un paisaje insular, dunas, hierba, cielos tormentosos y mar se entrelazan con la propia película. La textura del celuloide se vuelve arena, las marcas del revelado se transforman en nubes, y el movimiento del film en viento que agita la hierba. Así, la obra nos acerca a la materialidad viva del mundo y su flujo constante.
Azkena de Ane Inés Landeta y Lorea Lyons (España, 9 min, 2024).
Lorea mira hacia su madre y su abuela, mujeres atravesadas por la maternidad, para confrontar sus propios deseos. La herencia se despliega como espejo y pregunta: ¿qué significa ser madre hoy? Entre recuerdos y silencios, el filme abre un espacio íntimo de reflexión, donde lo personal se enlaza con lo generacional, y las dudas se vuelven motor de búsqueda.
Lengua de agua de Stella Horta (Portugal, 19 min, 2024).
Canciones de ballenas, gritos de aves marinas, cartas y señales de radio trazan un mapa sonoro del planeta. Entre Lisboa y las Azores, dos amigas tejen una comunicación a distancia que combina ciencia, afecto y viaje compartido. La película se convierte en ensayo poético sobre los lenguajes que cruzan mares, cuerpos y especies, expandiendo la idea de comunidad y escucha.
El lugar que una vez ocupamos en el espacio de Juliana Schwindt (Argentina, 5 min, 2025).
Una nieta recorre las casas vacías de sus dos abuelas y, mientras reúne objetos y recuerdos, reflexiona en primera persona sobre la ausencia. El tránsito por habitaciones y rincones se convierte en un ejercicio de memoria, donde lo cotidiano se transforma en huella afectiva. El corto captura así la persistencia de las personas que habitaron estos espacios.
La memoria es un animal que ladra con muchas bocas de Eva Giolo (Bélgica, 23 min, 2025).
En las montañas Dolomitas, los relatos infantiles se entrelazan con el ladín, una lengua minoritaria que perdura frente al tiempo. A través de juegos, canciones y mitos locales, la memoria se vuelve cuerpo, paisaje y voz. El film celebra la transmisión oral y muestra cómo la identidad colectiva se sostiene en la palabra compartida y en la fuerza del territorio.
Retiro de entradas una hora antes por boletería hasta agotar capacidad.
A lo largo de todo el año impulsamos convocatorias abiertas y públicas para invitar a referentes culturales, colectivos, organizaciones, instituciones y artistas a proponer y llevar adelante contenidos culturales y artísticos junto al centro.
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